CAP 10 ~ Aparentar Ser Pijo
Muy loco, casi de otro planeta es
que coincida este punto tal cual en ambos lugares: la onda era vestirse bien,
mostrarse cheto (o “pijo” como dicen en España, o “posh” como se dice en
inglés).
En HMP y en GH también, en ambos
te daban ropa para que uses: en GH ropa de las marcas sponsors y HMP la ropa
carcelaria que era hecha en otras cárceles. En ambos lugares podías también entrar
ropa de afuera, la cual tenía que cumplir algunas reglas que después cuento.
Lo que pasaba en HMP es que si
usabas la ropa carcelaria significaba que eras un seco que no tenías
plata para ropa, onda vagabundo, o que habías cambiado tu ropa por drogas, o
sea un jonky, un fisura. Ninguna de las dos estaba bien vista, porque
ahí la que va es la del gangster exitoso lleno de minas, autos y ropa.
Al igual que en la cárcel, en GH
todos querían mostrarse como les gustaría ser, muchos habían ido de shopping
unos días antes y habían armado su yo ideal.
Estaba el que se había comprado
sus camisas de la mejor marca, o la que tenía un vestido a estrenar cada gala,
como que era siempre navidad.
En los dos lugares la que iba era
estar a todo trapo, pero a mí no me importaba. Mis compañeros de pandilla en
HMP me daban ropa porque no querían que uno de ellos luzca como un vagabundo,
nos bajaba el nivel pandillero. Así que ligué bastante ropa, y lo gracioso es
que alguna de esa sobrevivió y la terminé usando en GH también.
Un día llegó un colorado al
pabellón, se lo veía integro, por decir algo hablando de un condenado. Tenía un
conjuntito Adidas, buzo y pantalón, todo prolijo. Vino y me pidió un cigarro, y
obvio le convidé.
Charlamos dos o tres palabras y me
ofreció cambiarme su buzo por tabaco o porro. Yo le dije que no, bueno, a los
días ya andaba todo fisura vestido con ropa de la cárcel. Había quebrado por lo
visto, y se lo notaba sin brillo, a diferencia de cuando llegó. Había pasado de
ser el nuevo a ser el fisura, la ropa lo delataba.
Es como dice Chiqui Legrand: “como
te ven te tratan, y si te ven mal, te maltratan”. Se aplica 100% Chiqui. En los
dos casos por igual el respeto pasa por estar bien vestido y no ser pobre. Uno
entonces se plantea qué valores se ponen en juego. Bueno, valores como estar
bien vestido. Es tan verdadero que duele.
Lo paradójico es que en los dos
submundos donde se vuelve más importante el YO, o sea el uno mismo, su
personalidad, siga siendo tan importante la ropa. Lo lógico sería imaginarse
que en GH la gente está lista para viajar adentro tuyo, conocerte a lo
profundo, y dejar de lado el tema de la ropa, esa primera impresión.
Lo mismo en HMP, uno creería que
va a copar la parada el que más pinta de punga tenga, el más cara de malo, pero
todo lo contrario, terminan habiendo status de clase y se miden o demuestran
con la ropa.
Un lugar que es totalmente opuesto
es la comunidad de las cuevas de Granada, España. Ahí si sos cheto (“pijo” le
dicen ellos) quedas mal. La onda es estar fuera del sistema, a su modo obvio,
pero es otra historia y otro libro, solo quería contar que existe lo opuesto en
relación a la ropa. Es lo opuesto pero exactamente igual de extremista: o estas
en la onda o estas out.
Volviendo a la naturaleza se puede
decir que en todas las especies, o en muchas por lo menos, se miden por algo
exterior: o la melena más peluda, o las alas con el mejor dibujo, o el lomo con
más líneas. Así que en vez de lamentarse de que nuestra sociedad juzga tanto
ese “look” mejor es jugar con ese conocimiento.
¿A qué me refiero? Si voy a la
villa voy con deportivas y si voy a skate park voy con urbanas. O me cago en
todo y ando cómodo. Las dos opciones no son incompatibles.
Algo muy divertido de la
vestimenta en GH es que la TV transforma lo raro en excéntrico, ropa que no
podías usar por la calle, en la pantalla queda “bien”, o sea después cada uno
tiene su gusto, pero la pantalla te da ese comodín de disfraz.
Otro poder de la pantalla es que
las marcas te regalan ropa. Según tu popularidad serán mejores o peores, pero
es mucha la ropa a cambio de subir algún posteo a las redes sociales.
Particularmente a mí me da vergüenza andar haciéndome el modelo en Instagram,
pero después ves el precio de la ropa y lo pensás dos veces. Además es
divertido regalarle ropa a tus amigos. Es como un “ropa free”-
También regalé ropa de la cárcel.
Ojo! en teoría no te podés llevar nada cuando te largan. Pero yo iba a un
centro de detención a dormir la noche previa a que me deporten. Queda al lado
del aeropuerto.
Entonces por un vericueto legal
que cuento en unos párrafos cuando dejé la cárcel no me sacaron las
“pertenencias” carcelarias. Y después en el centro de detención no me sacaron
nada porque dan por entendido que ya llego listo de la cárcel.
Así que me traje un montón de
conjuntos, la ropa de trabajo que es un conjunto verde, y unos cuantos
suvenires, acá van fotos así se hacen una idea gráfica del mundo que narro.
Lo mejor de la ropa de la cárcel
es que viene con la etiqueta de en qué prisión fue hecha, eso le da un toque
increíble.
Otra coincidencia entre GH y HMP
es que en los dos lugares había compañeros que se iban: de GH porque los
expulsaban, y en HMP porque los liberaban o trasladaban.
En los dos casos cuando se iban te
dejaban ropa y otras cosas. Era como uno de esos packs de salvamento que caen
en paracaídas. Ahí te stockeabas con ropa “nueva” y seguramente morfi.
En los dos casos por igual. Lo diferente es que con los GHs sabés que te volvés
a ver y con los HMPs seguro que no, pero esto poco tiene que ver con la ropa.
En los dos lugares había un código
de legalidad de lo que podés usar y no, como por ejemplo en ninguno podés usar
ropa con capucha, para no esconder la cara y que se sepa quién sos.
Por igual en los dos casos no me
dejaron entrar la remera de fútbol del equipo que tengo con amigos: Ritmo Y
Sustancia. Rompía un par de reglas como que el escudo hace alusión a drogas
porque tiene una chala y que el fútbol genera conflicto, en los dos
lugares por igual. Me sorprendo yo mismo de las similitudes.
Pero el destino de esa camiseta
estaba sellado con bronce y sí o sí iba a ser parte de algún encierro: terminó
entrando a la cárcel y estando colgada durante unos días en mi celda. Lo cuento
para mostrar una pequeña laguna legal que me permitió entrarla y así también
quitar un poco el manto de que en primer mundo todo es perfecto. Es el
vericueto que nombro hace un rato.
Tenía una fecha de deportación,
entonces un día antes me iban a llevar hasta un centro de detención que está al
lado del aeropuerto, cosa de dormir ahí y levantarme al lado, sin riego de
perder el vuelo. A diferencia de las 90 millas de distancia donde yo estaba.
Guardé todas mis cosas de la celda
y me despedí. Me llevaron a retirar mis otras cosas, las que no podés tener en
la celda: cosas de metal, buzos con capucha, plata, billetera, tarjetas de
crédito, camisetas de fútbol, etc.
Ya con todas mis cosas estaba
esperando por el traslado. Había dejado de ser preso para ser “detenido” en
espera de ser deportado. Pero el traslado nunca llegó. Me quería matar porque
tuve que volver al pabellón y ser preso unos días más. Encima ya me había
despedido de todos y volví a aparecer como un logi.
Un logi pero con mi bolso de
pertenencias, porque se generó esa laguna en la que el camión de traslado no
llegó y me volvieron a meter preso pero sin el protocolo de sacarme todas las
cosas. Así que pude tener mi camiseta colgada en la celda y todos los presos de
las Middlands la conocieron. Además me traje todo lo que ven en las fotos.
De paso les cuento que los
participantes de GH reciben tanta ropa de canje que la terminan vendiendo
en showrooms para hacerse unos mangos.
Un poquito más de la novela de
aventuras: “Me dio un jogging y una chomba, buena onda, y me sentí raro después
de más de tres meses sin usar otra ropa que no sea la de acá. Además Charly me
dio una remera y un jean que todavía no me probé a ver si me entra.”
“Como que te da nivel la ropa, y
si no tenés es como que sos un tirado, pero la verdad que poco me importa. Lo
mejor es el jogging porque tiene bolsillos, también tiene agujero en las bolas,
pero cuando salga lo arreglo, y lo voy a usar porque está bueno, es del estilo
chupín, por decir algo que haga referencia.”
Bueno ahora con el diario del
lunes les cuento que ese jogging me lo llevé de Inglaterra a Argentina, lo
arreglé y lo terminé usando en GH, al igual que la chomba (y aunque sea
incomprobable, en este momento de escritura la tengo puesta, la uso de piyama).
Qué cosa loca el camino de esas prendas.
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