CAP 8 ~ Desconexión Conexión

                 Yo digo que la palabra ENCIERRO incluye en sí misma el concepto de aislamiento, sea que lo incluye o no, en estos dos casos se vive aislado del exterior, motivo por el cual uno se desconecta.

 

Es diferente el nivel de desconexión, así que primero les cuento las herramientas de conexión de cada lugar. HMP: teléfono, email, televisión, charla con guardias que entran y salen, visitas y cartas. GH: charlas con el gran hermano, personajes que entran según el juego, charlas con el conductor del programa y posibles gritos de la tribuna, calle, papelitos con mensajes y visitas. Ahora para ser bien prolijo voy a escribir un poco de cada herramienta.

 

En los dos lugares se recibían visitas, y las visitas tenían restricciones para hablar de algunos temas: en GH no se podía hablar de nada del exterior ni de cosas del juego, o sea se podía hablar de sentimientos y cosas así. En la cárcel, como es de suponer no podías hablar de planes ilícitos.



Por igual en los dos lugares las visitas diseñaban formas de pasar datos prohibidos en forma encubierta: recalcando una palabra o un nombre, haciendo algún gesto con la cara, etc. Lo común en ambos casos es que la visita ya tenga algún tipo de código pre-establecido con el visitado.

 

El ejemplo de un compañero de GH es perfecto: el mismo día que le confirmaron que había sido elegido para participar del programa se sentó con su padre, madre y hermano y se pusieron a planear un código en caso de que a alguno le toque visitarlo.

 

Si el que lo visitaba decía que estaba “choluleando” o sea yendo a programas de TV significaba que el participante venía bien, que siga así. Si decía “acá andamos, trabajando” era que el participante tenía que remar un poco más. Ya si le decía “todos te extrañan” significaba que tenía que salir de la casa. Les funcionó.

 

Otra similitud es que en los dos lugares había televisión, en HMP la teníamos en la celda (siempre y cuando


nos portemos bien) y en GH teníamos en el living, con la particularidad de que era una TV interactiva, ya que veíamos al conductor del programa y le podíamos contestar, a diferencia de la TV de la cárcel que solo había diez canales y eran normales, si les hablabas no te respondían.

 

Un buen dato es que todos los presos contaban que las cárceles privadas tenían cable.

 

En la TV de GH se podía escuchar los gritos de la tribuna, por lo general eran inentendibles, pero se notaba cuando abucheaban o aplaudían mucho algún nombre, y eso influía muchísimo en los ánimos de la casa. Si aplaudían mucho tu nombre te sentías con súper poderes hasta la próxima gala, que era la próxima semana.

 

Cuando digo que influía mucho me refiero a que era prácticamente el motor de los ánimos de toda la semana que se venía, ya sean buenos o malos.

 

            Después estando en el estudio de GH vi que en realidad un grupo de diez personas podían hacer ruido, y uno adentro de la casa pensaba que tenía el apoyo de miles. Es que al ser el único contacto se magnificaba.

 

También vi como había un encargado de incentivar los aplausos, una suerte de animador o arengador, que manejaba a quién bancar y a quién no. Seguramente algún productor le marcaba el camino.

 

Ya que hablamos de la producción, siempre voy a tener la duda de que algunos papeles con mensajes que cayeron en el patio, o algunos gritos que se escuchaban hayan sido ellos. Seguramente para poner más picante al juego.

 

Por ejemplo, en un momento un participante había engañado a otro con una tercera. Nadie se había enterado nada, hasta que se escuchó un grito deschavador. El grito salió como de adentro del edificio, no pareció venir de la calle como otros gritos que se escuchaban. Y obviamente el grito destapó la polémica en la parejita y generó contenido, que es el objetivo de los productores.


En HMP había dos tipos de teléfonos. Uno público, en el patio del pabellón. Vos cada semana asignabas algo de plata a crédito y podías llamar con tu número de tarjeta. Obviamente las conversaciones eran monitoreadas.

 

La otra forma eran los celulares de contrabando que había. Si los guardias te agarraban con un celu era dos años más sobre tu condena. Pero cuando había requisas los presos los tiraban por la ventana, y después le avisaban a los presos encargados de la limpieza que los levanten de cayeta.

 

Obviamente había que darle algo a cambio al de la limpieza, como llamadas gratis o porro o postre, un poco más de trueque, en este caso un servicio por un producto.

 

Además en HMP podías mandar y recibir cartas, bien a la vieja escuela. Acá abajo les pongo una foto de una así ven como era el papel.

 

De las noticias del mundo me enteraba por la TV que tenía en la celda. Uno de los diez canales era BBC News y ahí me enteré de que mataron a Nisman y también de que disolvieron la SIDE, fueron dos noticias de nivel mundial.

 

De Argentina no me enteré nada más, vi Argentina- Brasil al fútbol un sábado a la mañana, un amistoso. La mayoría de las noticias eran sobre el Ébola y el ISSIS. Y sino las otras opciones eran canales de películas o series o incluso realitys.

 

Algunos presos eran tan extremos que hasta tenían Instagram y subían fotos desde adentro, supongo que el servicio de inteligencia de UK tarde o temprano los descubría, pero nunca vi que pase. Tal vez a nadie le importaba. A esto viene el próximo capítulo: Redes Sociales.

 

En ambos lugares, cuando estás por salir, tus compañeros te dejan mensajes para los de afuera. El que siempre me acuerdo fue de un preso que me daba el numero de la novia y me pedía que le diga que el “estaba en el hospital, que había tenido un accidente, que ya se iba a comunicar…”

 

                Alguno podrá preguntar por qué te restringen la comunicación. Es claro que en la cárcel porque es un castigo y en GH porque es lo que hace al juego. Suena obvio, pero no lo es.

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